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Del Bosque, la sencillez de un líder.
mar 27, 2013 jgallego 0 4 Views
España podía haber perdido ante Francia y quedar expuesta a jugarse la clasificación para el Mundial en una agónica repesca. En ese hipotético panorama de tensión sólo hay una cosas segura, Vicente Del Bosque no variaría un ápice su forma de ser, no se dejaría arrastrar al fango, no abandonaría su personalidad sencilla y educada. No sabe hacerlo. Su manera de entender la vida, más allá de su forma de ver el fútbol, no le permite encolerizarse más de un minuto. Luego se impone siempre el hombre reflexivo y sereno, que acepta y respeta la existencia de otro punto de vista, y relativiza las propias convicciones si es necesario. Por encima de sus triunfos, Del Bosque deja en cada trance al que se enfrenta una lección de comportamiento deportivo.
El episodio Mourinho y los votos
Nada más conocer las declaraciones de Mourinho sobre “la limpieza” de elección por parte de la FIFA del mejor entrenador del año y suponiendo el revuelo que se iba a formar en la concentración de la selección, mandé un mensaje a Del Bosque ironizando sobre lo que le íbamos a martirizar los periodistas para que saliera a contestar al entrenador del Real Madrid. “El tema no tiene más recorrido” fue su respuesta. Luego, en las entrevistas y en las ruedas de prensa cerró el asunto con desgana como si fuera una disputa infantil caprichosa. No creo que le vuelva loco el premio. Estoy seguro que a Del Bosque ha habido reconocimientos mucho menos mediáticos que le han llenado y emocionado mucho más. Y en cuanto a Mourinho, que a nadie le quepa ninguna duda que Del Bosque respeta y admira su trabajo en el Madrid, con unos métodos diferentes a los suyos, pero valorando los resultados conseguidos por el portugués. Por mucho que se empeñen algunos, Vicente no considera un enemigo a Mourinho.
Las críticas al juego de la selección
“Si hay tantas críticas es que algo habremos hecho mal” La frase, dicha por Del Bosque al día siguiente del empate con Finlandia, no es una pose. Aceptar las críticas y aprender de los que opinan diferente es una virtud que muy pocas personas tienen. Especialmente en el fútbol nos acostumbramos desde hace mucho tiempo a la filosofía de ” conmigo o contra mi”. Aquellos que pensaban diferente eran tildados de traidores a la causa, se les estigmatizaba y señalaba, eran los malos. Con Del Bosque eso es imposible. Entiende la labor de la crítica, la acepta y la comprende. E incluso a los más recalcitrantes en sus vituperios les dedica una sonrisa. ¡Cómo no me van a criticar! dice Vicente cuando le preguntas por el tema.
Blando
Hay a quien no le gusta la bonhomía que transmite el personaje y lo consideran demasiado blando y tierno para determinados vestuarios. Es respetable que haya quien crea necesaria más marcialidad en las formas y más bizarría en el mando. Seguro que en determinadas ocasiones viene bien demostrar quien manda en la caseta . Del Bosque tiene otra manera de ver las cosas, aunque con el mismo objetivo. Es una filosofía de vestuario que define todo su comportamiento como entrenador: “la clave es que en el vestuario manden los jugadores y hagan lo que les ordena el entrenador”.
Y de otra cosa podemos estar seguros, nunca sacará pecho de lo conseguido ni pasará facturas a los críticos. Es así.